NOTA: Triqui sigue un tanto pocho, con delirios de bajeza intercalados con grandeza, entre rabioso y resabiado, así que de momento no puede posar sus pezuñas sobre el teclado. Lo más coherente que le hemos oido últimamente es 'nunca se lo perdonaré a Einstein...', o algo así. En esta entrada de Indonesia es donde Trompi se despidió de nosotros para quedarse con sus familiares balineses, aunque eso pertenece a la denominada triquihistoria, como dice el supuestamente docto gorrinín...
Indonesia es mucho decir, porque aparte de ocupar un territorio de extensión equivalente a cuatro Españas, está distribuida en un montón de islas a distancia más que apreciable, con lo cual restringimos el objetivo de la globivuelta a la parte este de Java, Bali, y Lombok con sus islas Gili. Los orangutanes de Borneo, las selvas de Sumatra o las playas de Sulawesi quedaron para otra ocasión, y la parte indonesia de Nueva Guinea para otra vida, porque mientras siga siendo uno de los parajes más peligrosos del planeta no tenemos ninguna urgencia por meter allí las chanclas.
Volamos con Air Asia de Singapur a Yogyakarta, Jogja para los amigos, y nos saltamos Yakarta porque aparte de una monstrenca ciudad de más de diez millones de habitantes no había nada que nos apeteciera por la zona. Jogja tiene sólo un millón de jogjakarteños, pero sigue siendo la ciudad más importante del país culturalmente hablando y además atrae muchísimos turistas por el interés de las excursiones a los alrededores.
La impresión inicial fue un poco la de volver a la India, pero sin la sensación agobiante de habernos caído por un precipicio higiénico. Gente durmiendo en los tuk-tuks, oportunistas que ofrecen su ayuda para localizarte un hostal gratuita pero comisionadamente, zonas algo deterioradas pero con saborcillo, en general todo un poco sucio pero no demasiado, con cierto encanto.
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JOGJA RIBEREÑA |
Visitamos el palacio real, principal monumento de la ciudad, donde vivía el sultán con su familia.
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VIVEN AQUÍ PERO ESTUDIAN EN SUIZA |
Pero lo impresionante de la ciudad es que está muy cerca de Borobudur, -el templo budista más grande del mundo-, y de Prambanan, el correlato hinduista del anterior, otra mole de piedra que equilibra la fuerza entre estas dos religiones que hoy en día son minoritarias en Indonesia, desplazadas por el islamismo. Visitamos ambos templos el mismo día. Borobudur se construyó entre los siglos VIII y IX, tiene planta piramidal de 118 metros de lado y tres niveles estructurados en nueve pisos de altura, correspondientes a la cosmología budista, llenos de bajorrelieves que representan escenas mitológicas. Está coronado por un conjunto de 72 estupas en forma de campanas agujereadas en la parte superior cada una de las cuales alberga una estatua de buda. Se puede escalar el monumento, que tiene tres pisos, aunque lo que es dentro no hay nada, todas estas construcciones son pirámides de piedra bastante maciza que no servían para el alojamiento de fieles, sino más bien como símbolo de la morada de los dioses. Esperábamos hordas de turistas pero el día que fuimos nosotros apenas había nadie, excepto un grupo de escolares muy simpáticos.
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CAMPANAS EN LA CUMBRE |
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LE ESTABAN QUITANDO LAS ÚLTIMAS CENIZAS |
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DE EXCURSIÓN DE NATURALES |
El templo hinduista de Prambanan está a sólo 30 kilómetros de Borobudur y se construyeron en la mismo época, de hecho por entonces las distintas religiones de la zona se ayudaban las unas a las otras como si se creyeran lo que pregonaban.
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PARECE CAMBOYA... |
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HINDUISMO A LA PIEDRA |
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MENUDO CHAMIZO |
En principio eran unos 240 monumentos aunque ahora sólo quedan unos cuantos, y hay un montón de piedras amontonadas esperando a que los expertos reconstruyan lo que pudo haber sido y sí fue, aunque de momento no hay presupuesto.
Normalmente se puede hacer otra excursión desde Jogja hasta el monte Bromo, un volcán cercano, pero resulta que llevaba un tiempo con bastante actividad y sólo dejaban aproximarse a cinco kilómetros. El 27 de octubre de 2010, otro volcán de los alrededores a tiro de piedra desde Jogja, el Merapi, que pasa por ser el más activo del mundo, entró en erupción y murieron una veintena personas, así que aunque en Indonesia las medidas de seguridad no son demasiado escrupulosas si ello implica rebajar el nivel de negocio excursionil, esta vez se lo tomaron en serio y acordonaron la zona. De hecho, el templo de Borobudur se llenó de una capa de cinco centímetros de ceniza, y la planta de arriba estuvo cerrada hasta una semana antes de nuestra visita, mientras los operarios retiraban el magmático material.
El caso es que visto que el Bromo estaba cerrado por obras –de la naturaleza-, decidimos irnos a visitar el volcán Ijen, al este de Java, donde trabajan los famosos mineros del azufre, y que realmente era el que nos apetecía. En el camino pernoctamos en Surabaya, la segunda ciudad del país detrás de Yakarta.
Surabaya es una orbe poco turística, con tuk-tuks, con algunos barrios un tanto deteriorados y con algunas ratas, donde destaca el barrio árabe y la mezquita.
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PAISANAJE DE RELAJO |
Un día fuimos a comer a un centro comercial de Chinatown porque no había restaurantes decentes por la calle, y cuando nos disponíamos a pillar asiento en un KFC (hemos huido de la comida rápida como el Correcaminos del Coyote, pero alguna vez claudicamos), nos hicieron señas unos cómico-músicos que estaban actuando en un escenario para que nos subiéramos y entretuviéramos al personal, mayormente niños con sus madres, haciendo un poco de occidentales. Nos daba un poco de corte, pero como no había escapatoria nos tuvimos que subir al estrado y estuvimos bailando lo que debía ser una de la canciones más tontas de la cultura indonesia, nuestro equivalente al ‘pasito por pasito’. A VT le pusieron una marioneta en la mano con forma de tigre para que imitase a Mari Carmen y sus muñecos, y cuando les dijimos que éramos españoles los tíos de la banda se pusieron a tocar el ‘Quizás, quizás, quizás’, toma ya, y pretendieron que se la cantáramos. Ahí sí que nos plantamos, mayormente por no alterar su meteorología.
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COMO GABY, FOFO Y FOFITO |
Nos aplaudieron mucho y los dejamos cantando el Feliz Navidad, a 12 de enero.
Cerca de nuestro hostal nos encontramos un submarino visitable que las autoridades habían plantado allí, junto a un pequeño circo, que fue comprado en su tiempo a los rusos para reforzar la armada y al quedarse desfasado decidieron exponerlo a los visitantes. Merece la pena ver la increíble cantidad de cables y cachivaches que se necesitan para que todo funcione correctamente, y para que el dirigible pueda volver a la superficie, que es lo que importa.
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SUBMARINEANDO |
De Surabaya continuamos viaje a Bondowoso. En la estación de autobuses nos intentaron engañar de todas las formas posibles, afortunadamente con una profesionalidad entre ingenua y patética. Al lado de los coches había unas cien personas que intentaban ganarse la vida como podían, principalmente timando al turista, y nos abordaron en masa nada más llegar. Cualquier autobús, preguntáramos por el que preguntáramos, iba donde nosotros queríamos y cada uno con un precio diferente, lo cual parecía ciertamente sospechoso. Al dirigirnos directamente a los conductores para deshacer el entuerto, resulta que los avispados timadores no se cortaban un pelo guiñándole el ojo al chófer –delante de nosotros-, y los susodichos nos decían que sí, que nos subiéramos, con una risotada nada confiable. Total, que tuvimos que acudir a dos policías que había en el edificio de la estación, que en principio debían estar de nuestra parte. Empezaron a mirar para nosotros los horarios a Bondowoso, porque estaba todo muy confuso y no había información precisa, pero enseguida vinieron los timadores y les hicieron señas, y los tíos nos dijeron que lo sentían… ¡pero que no había autobuses!. Les dijimos que de qué iban, que no éramos tan tontos como parecíamos y que se les veía más el plumero que a la gallina Caponata, pero nos pusieron esa cara de ‘no es problema mío’ que fastidia aún más en un supuesto defensor de la ley.
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MENUDOS BUSCAVIDAS... |
Al final conseguimos descifrar la información de los horarios por nuestros propios medios, nos montamos en un bus y afortunadamente, después de cinco horas y pico llegamos a Bondowoso, que nos serviría de base para la excursión al volcán.
Nos levantamos a las 3:30 am para pillar la furgoneta a las 4:00, porque había que llegar al cráter antes de las 9h ya que después se nubla y no se ve nada. Recorrimos los 60 kilómetros en 2 horas hasta la base del volcán, y a las 06:30h estábamos ya en disposición de trekkinear hasta la cima.
VT estaba un poquillo nervioso por la actividad sísmica que había en la zona, y aunque en principio el Ijen no había erupcionado desde 1926, más que dormido parecía estar en duermevela, con muchos humos y bastante sulfurado. Llegamos arriba sobre las 8 y durante media hora pudimos ver las fauces del bicho, hasta que se nubló. Es impresionante contemplar el paisaje lunar de las rocas quemadas por el sulfuro, el lago azul verdoso dentro del cráter, todo tóxico, y la amenazante columna de vapor que sube por el interior sorteando a los mineros del azufre, que se ganan la vida míseramente haciendo el trayecto dos veces al día desde la base hasta la cima. Cargan a veces con 80 kilos de roca amarilla en canastillos dobles que llevan al hombro para vendérsela a una fábrica local por un puñado de dólares al día, dejándose los pulmones por respirar constantemente esa pócima tan poco saludable.
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AZUFRE ESMERALDA |
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LAS FAUCES DEL BICHO |
Probamos a ponernos al hombro el canasto lleno pero fue imposible, la cosa pesaba como el osmio. Tuvimos que hacernos la foto con el canasto vacío, al lado de un porteador que pesaría unos 40 kilos menos que VT. El chico fue increíblemente simpático, y para nuestro asombro cuando terminamos de hacernos las fotos se fue con una sonrisa en la boca sin pedir ni una rupia de propina.
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SIMPÁTICO PORTEADOR |
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LAS VAN ALMACENANDO... |
La experiencia del volcán nos encantó, y de allí partimos a Bali en ferry, esa isla que hace treinta años debió ser un paraíso y ahora mismo no gozaba de la misma reputación según alguna información que habíamos visto en internet.
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MULSUMANITA EN EL FERRY |
La verdad es que enseguida descubrimos que muchos de los turistas que van a Bali se quedan en Kuta, la playa del sur que se ha convertido en una especie de Benidorm para australianos pero con edificios más bajos. Una ciudad fea construida alrededor de una playa estupenda. El que vaya a Bali y sólo vea Kuta sin duda debe volver bastante decepcionado, sin embargo el interior de la isla es sencillamente fantástico y a ratos apabullante.
Nosotros fuimos primero al norte, a la playa de Lovina, e hicimos la clásica excursión en barca para avistar delfines, aunque ese día no estaban muy por la labor y apenas aparecieron unos pocos. Luego bajamos a Ubud, y nos hospedamos en el Bella House, que es propiedad de una familia indonesia con una socia malagueña, donde estuvimos como en nuestra casa y recomendamos encarecidamente. El dueño, Nyoman, habla español y es un señor de lo más espabilado con el que hicimos un par de excursiones espectaculares por la isla, parando en un montón de templos increíbles, algunos al borde del mar, campos de arroz en terrazas, volcanes, y cientos de paisajes con palmerales y vergeles de una belleza exuberante.
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CAMPOS DE ARROZ |
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TERRAZAS DE ARROZ |
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MONUMENTOS ROCOSOS DEL SIGLO.X |
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LOCALES Y LOCALAS |
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EN FORMA DE PIRAMIDE |
Bali es un reducto hinduista encajonado entre Java y Lombok, que son musulmanas, donde hay miles de templos desperdigados por todo su territorio. En uno de los templos había un estanque donde la gente acudía a bañarse para purificar su alma -empezando por el cuerpo-, y allí que se metió MG bajo los chorros de refrescante H2O:
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¿DÓNDE ESTÁ MG?... |
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HINDUES A LA ESCUELA |
En la segunda excursión Nyoman nos paró para comer en un restaurante buffet que se llama Lereng Agung, que tiene la terraza abierta sobre un valle paradisíaco, alucinante, y que es uno de los paisajes más impresionantes que hemos visto en la vida, con la cuenca del valle en la base, una cinta de vegetación a media altura, y el volcán más alto de la isla al fondo. Impresionante. Un restaurante al borde de la espectacularidad.
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SUPERCALIFRAG.........DOSO |
Cuando estuvimos en Vietnam y coincidimos con Pepe y su grupo de Adventure Tours, nos comentó Sandra, la guía del grupo, que ella vivía en Bali y que cuando llegáramos le podíamos llamar y tomar algo juntos. Teníamos su número de teléfono en el bolsillo para darle un toque, pero no hizo falta, porque como nos suele pasar en la globivuelta, persona que conocemos, persona que nos encontramos (… it´s a small world). Entramos en una tienda para pillar un refresco, y allí estaba ella, con su amiga Bárbara que estaba de visita… Qué fuerte. Esa misma tarde cenamos todos juntos en un estupendo restaurante local que conocían ellas, ricos Mie Goreng y Nasi Goreng (noodles fritos y arroz frito) y demás, precedidos por cervecitas locales.
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CON SANDRA Y BÁRBARA |
Lo pasamos estupendo y quedamos con Sandra para la vuelta a Bali, porque nos íbamos ya para Lombok. Fuimos a ver un espectáculo que nos recomendaron ellas, danzas típicas de la región que contaban leyendas sobre guerreros y princesas, con música tocada por un coro formado íntegramente por mujeres, entre otras, la esposa de Nyoman.
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LEYENDAS ORIENTALES |
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¿QUÉ PINTA AHÍ VT?... |
Para ir a Lombok tomamos un ferry que tardó cuatro horas, y que a veces suspende su servicio cuando el mar está bravío. Todos los años naufraga algún barco poco precavido porque las corrientes son muy fuertes y peligrosas entre estas dos islas, justo donde pasa la falla que separa las placas euroasiática y indoaustraliana.
En Lombok hay muchísimos menos turistas que Bali, no es tan espectacular, aunque hicimos una excursión por la parte central donde disfrutamos de dos zonas de cascadas estupendas, y donde después de una hora empezó a llover y tuvimos que echar mano del paraguas natural de la región, la hoja de plátano.
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CASCADAS GEMELAS |
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LLOVIÓ DE LO LINDO |
Disfrutamos mucho con la gente, especialmente con los niños, que son encantadores y muy espabilados, y les apasiona hacerse fotos. Las niñas son bastante más tímidas.
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MMÁS PEQUENIQUES |
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Y PEQUENICAS |
La isla está plagada de mezquitas y se ven muchas más en construcción porque cada comunidad recauda dinero de sus moradores con el fin de tener su propio lugar de culto, y pese a que la población es bastante pobre y viven con lo justo, hacen un esfuerzo inusitado por reservar dinero para este fin. A las cuatro de la mañana es un no vivir, porque las mezquitas tocan a oración y el penetrante sonido llega a cualquier rincón del poblado.
Una de las visitas que se hacen en la excursión es una tienda de telas y souvenirs en las que el chófer lleva comisión, y en la que instan al turista a comprar desde el sarong hasta el gorro por el persuasivo método del ‘ya vas a ver qué bien te queda’. Hete aquí el resultado:
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PERO QUÉ NOS HAN HECHO... |
Pero el enclave estrella de Lombok son las tres islitas coralinas Gili, en el noroeste, con sus playitas de arena blanca y su aire relajado entre hippioso y estupefaciente. Llegamos a Gili Travangan, la más grande de las tres, en una especie de patera donde cupimos 36 personas en lo que intuíamos debía ser espacio para 18, y pasamos tres días estupendos haciendo snorkelling (impresionante la cantidad de peces, corales, cangrejos, incluso tocamos una tortuga a cien metros de la costa, aunque no deba hacerse). Por la noche nos íbamos a ver el cine de verano, que aquí es siempre, en un bareto con colchonetas, mientras los lugareños nos ofrecían hongos alucinógenos y marihuana para relajarnos en un sitio donde estábamos ya más que relajados. Por el día, cuando el calor apretaba, aprovechábamos para comer viendo los partidos del Open de Australia en un restaurante que ya nos conocía y nos cambiaba el canal en cuanto pasábamos por allí.
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PLAYA GILIENSE |
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TOY COLGAO... |
En estas islas no hay coches, ni falta que hace porque la nuestra nos la rodeamos en hora y media, pero sí utilizan carros tirados por caballos fundamentalmente para llevar los equipajes de los turistas.
Nos hicimos amigos de unos niños, de cinco y ocho, más que espabilados y autosuficientes, que tenían la curiosa costumbre de subirse a un árbol que lindaba con nuestro hostal, y al final les regalamos el muñecote que nos habían dado a nosotros como premio a nuestra actuación en el centro comercial de Surabaya.
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MÁS LISTOS QUE EL HAMBRE |
De vuelta a Bali, esta vez en una motolancha en sólo dos horas, volvimos a quedar con la simpatiquísima Sandra para cenar y ver la puesta de sol en la playa de Kuta. Aquí es donde se produjo el atentado islamista de 2002 donde murieron más de 200 personas y que devastó el turismo durante unos años. La mayor parte de los fallecidos fueron locales y australianos, y hay una placa conmemorativa donde se produjo la masacre.
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IN MEMORIAM |
Sandra habla indonesio y como todo el mundo nos había dicho ya, nos explicó que la lengua es muy fácil, como el malayo, una especie de idioma simplificado donde para construir el pasado o el futuro de los verbos simplemente se añade una partícula al infinitivo, y que además se lee como se escribe, igual que el español. Aprovechamos sus conocimientos para tomarnos una cervecita en la maravillosa e inmensa playa mientras el sol se ponía en el horizonte, cogiendo fuerzas para nuestro siguiente destino neozelandés…
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HASTA NUEVA ZELANDA... |
El mundo es un pañuelo, sin duda. Creemos que la malagueña del hotelito de Bali es amiga de Miss Noruega :D
ResponderEliminarPero no comentáis qué le pasó a Trompi. ¿Por qué se quedó en Bali?
Jo bro, ahora si que realmente me dais envidia.
ResponderEliminarEstoy con vosotros ¿pero qué os han hecho?, vaya pinta os pusieron en la tienda de las telas...ja ja ja
ResponderEliminarVahh.... No sabéis lo bien que se esta en Madrid¡ Que no tendrá El Retiro para tener que irseva Bali o a sitios impronunciables...
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