martes, 2 de noviembre de 2010

7. SUR DE LA INDIA

PALMEROSA KERALA

Los días que pasamos en Kerala, al suroeste de la India, fueron tan estupendos que no tuve tiempo de escribir, pese a mi constatada capacidad mecanográfica. En esta entradilla os haré un resumen dentro de una síntesis metida en un esquema.
Visitamos Kochi, Alappuzha y Varkala, y luego nos fuimos un par de días a Bangalore porque el vuelo hacia China salía de allí. El viaje en tren fue alucinante, atravesando selva y arrozales con palmerales y palmeralas, con una vegetación salvaje plantada para gustar, en la que nos dejamos unos cuantos metros de carrete de la videocámara.
La región de Kerala está cristianizada desde que los portugueses la colonizaron hace cinco siglos, y por tanto las vacas deambulan cocinadas por los platos de los restaurantes, no por las calles. El contraste con el norte es sideral, esta India es mil veces más aseada y cómoda para la western people.
Kochi es una ciudad-pueblo marítima donde por fin pudimos endilgarnos algo de pescado, aunque aparte de los langostinos tigre no sepamos exactamente qué tipo de bichos deglutimos. Uno de los camareros hablaba algo de español y dijo que eran peces similares a las doradas, quizá fueran plateadas. Nos alegró encontrar un sitio donde han llegado a comprender el significado del término ‘no-picante’, que en general está proscrito en el resto de la India. Eso sí, sólo para los turistas, porque las comidas para locales son incluso más ardientes que en el norte.

KOCHI, PESCANDO CON RED
Nos recorrimos, por este orden, las tres iglesias católicas portuguesas, la ortodoxa siria, la sinagoga, la mezquita, el templo hinduista y el templo jainista, todo ello en un radio de un par de kilómetros. Vaya líos deben formarse en las escuelas para cuadrar los horarios de las asignaturas optativas. Ello da sobrada fe del cosmopolitismo de la zona, y de que ningún culto religioso quiso desaprovechar la ocasión de estar en el meollo del tráfico de especias, muchas de las cuales se cultivaban en la zona, y hacían crecer la rentabilidad y los fieles del lugar.

AGNÓSTICO EN CATÓLICA

ORTODOXA SIRIA

CABEN DOS, CABEN TRES
En Alappuzha, otra ciudad cercana, pasamos dos días, y en concreto siete horas de relax en una barquita surcando lagos y canalillos -llamados backwaters- en una barca con un remero que nos animó a remar todo lo que quisiéramos, porque él tenía en las manos unos callos como relojes. Los chicos hicieron lo que pudieron, aunque siempre fueron bastante zotes con la pretecnología. El paisaje era estupendo y el paisanaje pasaba la vida a orillas del río, tranquilos y relajados, como metidos en una existencia poco densa, a cámara lenta, atendiendo sus puestecillos de refrescos para el turista ocasional.

RECOLECCIÓN PLANTÍGRADA EN BACKWATERS

BACKWATEANDO

DULCE PLACIDEZ...

TÓ LLENO PATOS...

De allí fuimos a Varkala, que es un pequeño paraíso fantástico, no en el inventivo sentido de Ana Obregón, sino de fábula. Es una preciosa tira de acantilado de poco más de un kilómetro, con una playa en cada extremo, una donde van locales y otra más para turistas –aunque también van locales para ver occidentalas- con sus palmeras cocoteriles y sus resorts de econolujo (7 euritos la noche). Al principio tuvimos nuestros reparos con la cuestión de los cocos, porque habíamos leído que en alguna isla de no sé dónde se producen varias muertes en temporada cocotera por los balones que caen de las palmeras, pero enseguida vimos que a éstos les quedaba bastante para madurar. Estaban verdes verdes, como los versos de García Lorca. 

VARKALA ACANTILADA...

COQUETEANDO CON PALMERA COCOTERA
Tuvimos el típico incidente con el conductor del rickshaw que nos acercó al hotel, muy espabilado, que nos quería cobrar el cuádruple de lo que nos había dicho, pero a estas alturas ya nos pareció hasta entrañable. Empezó pactando que serían 50 rupias y acabó diciendo que eran 200, pero ni nos inmutamos, ignoramos su caradura con su misma profesionalidad.

MÁS BONITA AL NATURAL

MÁS ACANTILADO

PLAYA DE LOCALES


ANOCHECIENDO

¿ME TIRO O NO ME TIRO?

Varkala es el lugar perfecto para dedicarse a hacer exactamente lo siguiente: nada, excepto la fotosíntesis y convertir oxígeno en dióxido de carbono. Me apetecía tumbarme al sol para ver cómo mi sombra se iba desplazando, despacito despacito, con el transcurso de las horas, para dejar al final de la tarde dibujado sobre la arena un pequeño reloj de sol tamaño cerdil, con las marquitas horarias como huella de todo mi trabajo en ese tiempo.
Me metí en el mar con VT y lo pasamos fenomenal en la playa índica, brincando sobre olas que obedecían a nuestros pensamientos, y aprovechamos para dar el salto evolutivo del moreno obrero al pretostado playero. MG cogió una buena onda, después de unos cuantos intentos, y disfrutó un buen rato. Luego apagó la radio del mp3 y también se bañó.
Trompi no dejó de empaparnos a todos disparando agua con su narizón. Se iba tan profundo mar adentro que estuvo a punto de ahogarse un par de veces, por lo que tuve que acudir a su rescate. Siempre hay un ángel de la guarda que cuida de los niños. Los chicos por supuesto le quitaron importancia, dijeron incluso que nada mejor que yo. Dónde se ha visto un elefante nadador.

PLANTANDO PRIMERA PIEDRA DEL NUEVO TEMPLO

AY, QUE MESTROMPO...

En fin, además nos pudimos asomar por primera vez, y de hecho nos zambullimos pero bien, en los zumitos de frutas recién exprimidos (de todo, pero los mejores los de piña amanzanada), con antioxidantes y carotenoides para súper-vitaminarnos y mineralizarnos, como Súper Ratón, y seguimos dándole al pescado fresco, calamareando y langostineando.

La electricidad seguía fallando un par de veces al día y el agua caliente aguantaba lo que las placas solares, pero esto era costumbre general desde Nepal y estábamos más que hechos. A veces se acababa el agua y teníamos que usar la del tubillo del retrete, ésa que tienen ellos en lugar de papel higiénico y que sirve para lo mismo, ya sabéis, y que lleva circuito aparte porque no puede faltar.
El caso es que pudimos relajarnos hasta casi cansarnos de tanto descansar, aunque nos habríamos quedado encantados una semanita más.

Al final se acabó lo bueno, la India estupenda, y tuvimos que partir rumbo a Trivandum, porque allí esperaba el avión para Bangalore. O más exactamente, porque el avión no esperaba: el día anterior la compañía aérea, Air India, nos envió un email diciendo que nones, que nuestro vuelo de las 14h se había cancelado porque sí o sí, y que nos cambiaban al de las siete de la mañana. Menos mal que ese día nos asomamos a internet. Por resumir la cuestión, ello implicaba que nos teníamos que levantar a las 4 am, (o no acostarnos, a elegir), para llegar a tiempo en taxi a Trivandum (una hora y cuarto) y por ende a Bangalore. El día anterior llamamos a la compañía, por quejarnos un poco en plan deporte, y les dijimos que cómo nos hacían levantarnos tan pronto, que no había derecho, que dónde se ha visto un madrugón así a lo tonto en vacaciones. No nos hicieron ni puñ—ero caso, sin embargo cuando llegamos al día siguiente al mostrador de la compañía y les dijimos que éramos los quejones del día anterior, nos pagaron el dinero del taxi sin preguntar más, 15 euracos (un fortunón en India). Así de repente nos sentimos bastante espabilados, como el que se lleva el chollo en las rebajas aunque sea por casualidad.

EN EL BOTÁNICO


CON LOS GNOMOS


NO ME MIRES ASÍ !


EL CONGRESO

En Bangalore sólo estuvimos dos días, pero volvimos a tener Coachsurfing, Chandan, un chico indio que no nos había dicho que la casa que ofrecía era la de sus padres, ni que la casa de sus padres era en realidad un edificio, ni que sus padres nos estaría esperando con la comida hecha, con un vasito de curd salado (yogur indio), un té, un plato de pollo, otro de verduras, tres diferentes de arroz… La casa era de lujo, palaciega para el estándar indio, pero es que además Chandan nos llevó por la noche a un concierto de Indian Ocean, un grupo muy conocido de música local en un Hard Rock con todos sus amigos, y lo pasamos estupendo. Eran todos de buena familia, hablaban bien inglés y estaban leídos y viajados por encima de la media.
Bangalore es el centro IT de la India, donde hay cientos de empresas que desarrollan software para todo el mundo, pero realmente para visitar tiene apenas un jardín botánico bastante admirable y poco más. De nuevo aparecen las vacas en algunas zonas de la ciudad, y hay barrios bastante sucios y deprimidos. Chandan nos explicó que de hecho está peor que hace diez años, porque la ciudad ha crecido tan rápido que las autoridades no han podido estar a la altura, y ahora alberga a siete millones de habitantes cuando no está preparada para más de dos.
Agradecimos la hospitalidad de toda la familia, y Chandan nos aseguró que irá pronto por Madrid.

Y LOS QUE NOS CUIDARON TANTO

Nuestro último día en la India estaba a punto de acabar, en breve despegaría el vuelo nocturno hacia Beijing, y el vasto y a veces basto subcontinente de Sandokán sería historia. Todo, excepto el paquidermo, que parecía fastidiosamente feliz. Con los estupendos días en Kerala casi había logrado olvidarme de la Trompitrampa, de ese intruso nepalí que ahora mismo dormitaba en mi mochila. Eché un ojo para cerciorarme de que no me hubiera puesto todo perdido, y lo vi descansando trompa arriba con total despreocupación. Tuve ganas de despertarlo y echarle un buen sermón sobre normas básicas de urbanidad, sobre la consideración a sus superiores, sobre modales y corrección. El narigudo debería enterarse de quién mandaba allí. 
Quise hacerlo, pero no sé por qué, en lugar de eso, le tapé con la manta-servilleta. Se podía constipar.

5 comentarios:

  1. Parece un suspiro y ya lleváis 2 meses fuera. Supongo que ya habrás hecho amistad con alguno de los carneros-mascotas de Cantón 2010. Aunque a decir verdad, Triqui, no se te ve muy sociable ultimamente.
    Obliga a MG a comer, seguro que la comida china le va mejor que la india, aunque ahora parece que es VT el que encoge.
    Seguimos muy atentos a vuestras peripecias y ansiamos más entradas.
    Muchos abrazos.

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  2. Por cierto Triqui, ¿no te gusta China? No se te ve en ninguna foto.

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  3. Esperaba leer algo como "Las tribulaciones de Triki en China" y resulta que han cortado la comun-icacion.

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  4. Hello again!! Me alegro de que los chicos empiecen a morenear, porque ya me estaba mosqueando verlos tan paliduchos estando todo el santo día en la calle :D

    Sigue así Triqui, te estás labrando un buen futuro en esto de la literatura de viajes :D

    Besitos a toda la banda

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  5. Triqui, es todo un honor que me menciones en uno de tus post.
    Por otro lado, no tengo nada que objetar a la extensión de las entradas que publicas, total como lo haces cada 10 días aprox., las cogemos con ganas y hay mucho que contar. Esperamos impacientes noticias desde China.
    Saludos a los cuatro

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